En un mundo habitado por 6, 726, 349, 219 de entes, compartiendo con 8, 720, 915 chilangos el Distrito Federal, suena bastante absurdo decir "me siento solo" . Sin embargo estamos tan inmersos en nuestra persona y nuestras obligaciones, que muchas veces no tenemos tiempo para hablar y mucho
menos para escuchar a los demás.
Así sobrellevamos el día a día, hablando de los chismes del momento, que subió la gasolina, que las lluvias no paran, que todo está muy caro... etc. Pero hay momentos en los que nuestro cerebro necesita descargar todo lo que sentimos y pensamos, para eso necesitamos gente de confianza.
A lo largo de nuestra vida encontramos personas dispuestas a escucharnos y a compartir datos íntimos, sobre todo en la escuela donde nos podemos dar más tiempo con los amigos.
Luego las obligaciones aumentan y el tiempo disminuye...
Es allí donde nos sentimos solos, cuando los sentidos nos asfixian, cuando nadie está al otro lado del teléfono y peor aun es cuando pasas por una crisis emocional por algún acontecimiento y sigue sin sonar. La soledad no encuentra la salida.
"La amistad no pide nada a cambio sólo un poco de mantenimiento"
Será que cada vez nos volvemos más egoístas?, que la vida tan acelerada mengua nuestras relaciones interpersonales? o simplemente me tiro al abismo?
No lo se, pero esta vida en la que perdemos 120 minutos para llegar al trabajo, cubrir una jornada laboral de 10 a 12 horas y dormir solo 4, no deja espacio a las pláticas completas. Pero tampoco podemos perder la batalla ante la enajenación, y agarrar de pretexto el tiempo para no escuchar a los otros, ni hacernos de la vista gorda cuando ellos no pueden ni siquiera llamar.
Foto: por Violenta.