Walking at the song.

No hay manera más linda de transportarse que acompañad@ de buena música.

Y es que me negué algún tiempo a la tecnología electrónica, por supuesto que tuve mi walkman con cassettera, pero aunque tuve el de discos compactos, compartido, no lo usé y tardé en adquirir un mp3. Pero ahora que lo tengo, no sacio a mi oído, quisiera traerlo todo el tiempo.

Sin duda ha sido el mejor regalo de mi último cumpleaños.

Cambia la perspectiva del viaje, bueno me refiero a cuando uno va escuchando canciones que le gustan, porque si vamos escuchando una no grata para nuestros oídos... se vuelve todo lo contrario.

Pero regresemos a la idea de ir en el auto, camión o metro escuchando una canción que nos gusta. Para empezar; el camino se hace corto y menos tedioso, si vas en transporte colectivo te molesta menos el tumulto, los apretones y hasta malos olores. No importa ir parado.

Otra ventaja de llevar tu reproductor de música portátil, es que no tienes que oír las pláticas estúpidas de otros pasajeros y que los demás no tendrán que soportar tu cara de flojera, además se acorta la distancia, bueno esa sensación te da. Y es que nos retraemos, es decir, nos ensimismamos en disfrutar la música, es como estar caminando en nuestro propio mundo, como si nada más importara.

Algunas de mis canciones favoritas son, sobre todo si estoy caminando:

-Again de The bird and the bee.
-Baba O´Riley de The Who.
-t.h.e.h.i.v.e.s de The Hives.
-Rock Lobster de B52s.
-Dancing whit myself de Billy Idol.

Se aceptan propuestas.